La noticia ha llegado como un soplo de aire fresco para la inmensa mayoría de los internautas: Ángeles González-Sinde, ministro de Cultura, ha anunciado que dejará la política tras las elecciones del 20 de noviembre para volver a la vida cinematográfica (¿es que salió alguna vez de allí?).
Así, Sinde deja la política tras dejar un sabor de boca amargo para los millones de internautas de este país que protestamos contra su nombramiento y nos reafirmamos en nuestras críticas a la par que se sucedían estrambóticas situaciones e intentos de legislaciones que no han hecho más que separar a los propios internautas de los erróneamente nombrados creadores y gente de la cultura, tratando de dificultar el acceso a la cultura de forma universal (enfocándose en modelos de negocio alternativos y rentables – Netflix, Spotify) insultando a diestro y siniestro a quien osara cuestionar sus ideas.
Sin duda, su apellido nos recuerda a la Ley bautizada con el mismo. La Ley Sinde, aprobada por la puerta de atrás en el Senado, fue una disposición adiconal a la Ley de Economía Sostenible que otorgaba a una Comisión la facultad de cerrar una determinada página web (que sólo aloja enlaces, no contenidos). Por activa y por pasiva se dijo que no funcionaria, aunque lo que así ha provocado ha sido el divorcio absoluto entre Ministro e internautas. Me hace gracia cuando los artistas critican que se llame internautas sólo a los críticos son Sinde, mientras que sólo ellos pueden ser creadores (los que escribimos un blog también somos creadores, pese a quien pese).
Para la memoria quedará también el semblante de la futura ex Ministro mientras Álex de la Iglesia relataba su discurso en los últimos premios Goya (sin duda, lo más interesante de estos premios en décadas).
Mucha suerte en tu nueva andadura, Ministro, y espero que el o la que te sustituya lo haga mejor que usted. Tal vez fiche a Belén Esteban para su próxima película.
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