15/5/11

Algunas supersticiones para dejar de hacerlas caso

El ser humano es un animal racional, sólo que a veces no hace mucho acopio de esta cualidad y tiende a tener miedo debido a supersticiones. ¿Qué es una superstición? Si nos fiamos de la definición de la Wikipedia, una supersitición es:

La creencia en que un determinado fenómeno o situación tiene una explicación mística, mágica o simplemente asumida cultural o socialmente sin ningún tipo de demostración científica.

Un ejemplo curioso del comportamiento del ser humano en cuanto al miedo o rechazo a una situación es el siguiente: un científico de la Universidad de Bristol preguntó a los miembros del público de un festival de ciencias si estarían dispuestos a probarse una americana a cambio de diez libras esterlinas. Obviamente, muchos de los asistentes levantaron la mano. Acto seguido, el científico aclaró que la chaqueta había pertenecido a Fred West, un asesino múltiple que, junto a su mujer Rosemary, violó, torturó y asesinó a, por lo menos, doce mujeres jóvenes. Aunque realmente la chaqueta no había pertenecido a Fred West, la mayoría de los voluntarios bajaron la mano.

Son muchas las situaciones en las que, aunque sepamos que no responden a ninguna ciencia, siempre tendemos a pensar en ellas como si fueran leyes universales. Una de ellas es la suerte del principiante, que suele darse cuando un novato nos da un repaso en una disciplina que, supuestamente, nosotros dominamos. La respuesta es mucho más sencilla: un novato no tiene nada que perder y tiene menos nervios. Otras supersticiones son más prácticas que otra cosa. Un ejemplo: no pasar por debajo de una escalera. Evidentemente, estaremos más seguros apartándonos un poco de ella que arriesgándonos a que se nos caiga encima. Sin embargo, la superstición no viene de ahí, si no de mucho antes, de tiempos bíblicos, ya que, al formar la escalera con las paredes un triángulo, se puede asemejar a la Santísima Trinidad, que estaríamos blasfemando al atravesarla.

¿Qué piensa un gato cuando se le cruza un hombre negro? ¿Pasará miedo también? No lo sabemos, pero siempre tendemos a gastar más cuidado cuando se nos ha cruzado un gato negro en el camino. La explicación radica también en la antigüedad, cuando se creía que las brujas podían adoptar cualquier forma.

¿Alguna vez has roto un espejo? Teóricamente tendrías siete años de mala suerte, por el mero hecho de que un espejo no sólo refleja tu imagen, sino también tu alma, aunque también podamos sortear las dificultades tocando madera, ya que, supuestamente, los buenos espíritus se refugiaban en árboles. Sin olvidarnos de cruzar nuestros dedos (esta reconozco que la hacía mucho de pequeño cuando deseaba que algo ocurriera…).

Y, recuerda, no abras un paraguas en un sitio cerrado.

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