Greenpeace está dispuesto a no dejar títere con cabeza en su plan de no sé qué. Los últimos días la está emprendiendo contra el presidente Barack Obama, que hasta hace poco iba a ser el salvador del mundo, premio Nobel de la Paz mediante. Según Greenpeace, Obama irá a Copenhage, donde parece que está el juego el futuro de la humanidad, para hacerse la foto. ¿Y? ¿Qué esperabáis? ¿No son acaso iguales todos los políticos? Eso y prometer cosas, que es el deporte universal. Desde la Casa Blanca han dicho que para el año 2050 habrán reducido en un 83% las emisiones contaminantes. ¡Ala! ¡Exagerao!
Esto mola, porque durante las últimas semanas se han sucedido noticias que dejan a Greenpeace en un lugar, digamos, no del todo bueno. Hasta Miguel Sebastián se dio de baja hace poco su salida de Greenpeace, según él, porque “pagar por mentiras es demasiado”. Ja, ja y ja. ¿Y qué hacemos todos los ciudadanos si no pagar a los políticos para que nos mientan? Pero bueno, en cierto modo, apoyo a Sebastián, pero no porque nos mientan (todo estamento un poco importante tiende a mentir), si no porque a mí que unos tíos se crean en el derecho de protestar cometiendo locuras, como escalar el obelisco de Calatrava en la Plaza de Castilla de Madrid, pues me toca las narices. Hay otros modos de pedir que se reduzca la contaminación del planeta.
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