La realidad siempre supera a la ficción, y si no espérate a que uno de esos exoplanetas descubiertos tenga una raza alienígena, que verás donde vamos a ir todos... Carlos Flores es un tipo majo de 62 años de Nueva York que decidió montarse una consulta dental en la cocina de su casa. No sé cuanto tiempo llevaba ejerciendo la odontología de manera ilegal, pero un cliente le delató a la Policía, que vio que aquello no pintaba como pintan las consultas de destintas bien situados.
Registrando la casa encontraron vino (y seguramente también sillas, gel, pañuelos y algo de sal), y ante la insistencia de la incesante Policía de Nueva York, Carlos tuvo que admitir que usaba el vino para que los pacientes soportaran mejor el dolor. Así es más fácil operarles. Quien sabe si luego les facilitaba algún remedio casero contra la resaca, o bien les cobraba de más mientras los pacientes le decían: "Eres mi mejor amigo, te quiero un huevo" (a lo Camps).
La Policía ha requisado una silla de dentista (que no sé por qué se la tienen que quitar), drogas y material odontológico con manchas de sangre (el tío podía lavarlo después de las operaciones... tío más vago).
Así que, chavales, andaos con ojo, porque cualquiera que os invite a una copita de vino te puede quitar los dientes luego, ya que últimamente el Ratoncito Pérez paga muy bien.
¿sabes si era vino bueno? porque si encima era peleón... menuda mierd... mas mala pillarian
ResponderEliminarBueno, bueno, no creo que fuera, porque si el tío no usaba anestesia para operar... no creo que gastara el dinero en Riojas...
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