Bueno, todo el mundo no, ya que esto es una práctica habitual en los países del hemisferio norte y en pocos del sur. De hecho, en los del sur se hace a medias. Como por ejemplo en Australia (donde hay verdaderos héroes), donde sólo se utiliza el horario de verano en unas regiones, y no en otras. Total, como allí casi todo es desierto y el 90% vive cerca de la costa...
Pero bueno, ¿qué tiene de bueno retrasar la hora en octubre? Técnicamente, no la retrasamos, si no que la devolvemos a su estado inicial.
El horario modificado es desde marzo a octubre, cuando adelantamos la hora para tener más horas de día (que son las mismas, pero mejor repartidas). Dicen que se ahorra energía, aunque los datos no van muy allá, la verdad. Luego, en octubre, la devolvemos a su sitio, de donde, según muchos, no debería haber salido nunca. Esto provoca la ira de los vampiros, que ahora tienen que madrugar más. De un día para otro, lo que era una hora cuasi-soleada se transforma en una cosa penumbrosa de meteorología poco dada a invitar a salir a la calle. Eso sin contar las reuniones a las que faltas, los trenes que no coges, y, lo que es peor, el hambre que vamos a tener el domingo, porque comeremos una hora más tarde.
¿Es esto lo peor? No, lo peor le pasa a esa gente que trabaja de noche. Es el caso de nuestra colaboradora Ronmocha, que le toca trabajar el sábado por la noche y supongo que trabajará una hora más. ¡Apáñatelas para dormir el primer turno!
Así que, lo dicho, el sábado a las 3.00 am, volverán a ser las 2.00 am, y cuando vuelvan a ser las 3.00 am, tendremos que volver a ponerlo a las 2.00 am. Es como en la película de 'Los Langoliers': sólo sobrevivirás si te duermes.
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