Con un puñado de jugadores jóvenes con ganas de comerse el mundo derrotó Serbia a España. Ojo, porque según los estadistas de La Sexta, el entrenador serbio ha ganado tres campeonatos europeos y todos sin perder un sólo partido. Para que luego digan que se aprende más de las victorias.
El caso es que ayer España jugó fatal, lo que se entiende echando un vistazo al resultado final de 66-57, la peor anotación de la selección, la más baja desde el año 2006. Pronto se han alzado voces en contra de la selección, que si son unos vagos, que si no luchan, que si nos van a eliminar a las primeras de cambio... Tranquilidad, amigos, no os dejéis llevar por la euforia negativa, que este país está lleno de gente que tan pronto adora como odia. España es, hoy por hoy, la mejor selección europea, pero hasta las mejores selecciones pierden.
¿Cuál es la conclusión positiva de todo esto? Que jugando el partido más horrible que se le recuerda, España perdió de 9 puntos, por lo que necesita este equipo es volver a encontrar el brillo de los últimos campeonatos, el juego que puso contra las cuerdas a Estados Unidos y el que nos llevó al oro en Japón. Esta noche nos enfrentamos a Gran Bretaña, a quien hay que ganar sí o sí, y mañana, a Eslovenia, un hueso duro de roer que se antoja más duro después de la derrota sufrida contra Serbia. Eso sí, si tenemos que perder algún partido, mejor que sea el primero, ¿no?
Por cierto, que Rudy Fernández presumiblemente tampoco jugará hoy, una verdadera lástima y un verdadero lastre para la selección, ya que le considero el jugador de más calidad de esta selección, salvando las distancias con Pau Gasol, que ayer no tuvo un buen día (lleva mucho tiempo sin jugar un partido).
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