13/5/13

¡Poyejali! El inmortal grito de Yuri Gagarin

Gagarin_in_SwedenCorría el 12 de abril de 1961 cuando el primer ser humano se ponía en órbita espacial. Era Yuri Gagarin, un joven ruso de 27 años de baja estatura (apenas media más de metro y medio, idóneo para las dimensiones de la cápsula), vencedor de un proceso de selección al que se apuntaron más de 3.500 personas.

A 315 kilómetros de altura, Yuri Gagarin dio una única vuelta a la Tierra, dando validez al color que identifica nuestro planeta: “La Tierra es azul”, dijo en cosmonauta. Aterrizó a las 10:20 de ese mismo día (despegó a las 6:07 de la mañana), cayendo en paracaídas a 110 kilómetros de donde se había previsto. Los primeros en cruzarse con él fueron una campesina y su hija de seis años, quienes, viéndole con su traje naranja y un gran casco blanco, preguntaron si venía del espacio. “Ciertamente sí”, respondió Gagarin, “pero no se preocupen: soy soviético”. Más tarde, mandaría un mensaje que resonará por siempre en la humanidad: “Pobladores del mundo: salvaguardemos esta belleza. No la destruyamos”.

Horas antes, justo antes de despegar, Yuri Gagarin profirió el siguiente grito de ánimo: “¡Poyejali!”, que en ruso significa “¡Vámonos!”, frase que, si bien no ha quedado en la memoria de la humanidad como el famoso paso de Neil Armstrong, sí queda en la memoria de los rusos, y la utilizan usualmente cuando hay que empezar un proyecto o una misión, especialmente si esta es arriesgada. También suele utilizarse al brindar. Así que, si visitas Rusia, ¡no dudes en gritar ¡Poyejali! al beber!

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