El titular puede parecer extraño, así que espero que la foto de la derecha sea más clara.
Lejos de ser una prueba del doctor Moreau, lo que vemos en la imagen es una prueba del buen hacer médico. La pequeña niña china Ming Li sufrió la amputación de su mano izquierda cuando fue atropellada por un tractor el pasado julio. No se pudo reimplantar en su muñeca porque esta estaba muy dañada, demasiado frágil para soportar la reimplantación. Por ello, los cirujanos pensaron en una solución temporal para no perder la mano de la niña, y decidieron implantarla en su pie hasta que la muñeca estuviera lo suficientemente fuerte como para realizar de nuevo la reimplantación en ella. Y así ha sido.
Hay quien considerará esta práctica poco ortodoxa, pero, sin duda, consiguieron salvar la mano izquierda de la pequeña Ming Li, que, con rehabilitación, podrá volver a usar su mano.
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