Seguramente más de una vez has cerrado los ojos mientras ibas andando y al volverlos a abrir te has dado cuenta de que has modificado tu trayectoria involuntariamente, yéndote hacia la izquierda o la derecha. ¿Acaso el ser humano no es lo suficientemente inteligente como para no saber andar recto con los ojos cerrados?
Como pasara con el Ordenador cuya misión era responder al sentido de la vida, el universo y todo lo demás, la pregunta está mal formulada. El problema está en que el ser humano no es perfecto. Mejor dicho, no es simétrico. Un ojo es más grande que otro, un pulmón difiere de su gemelo, y una pierna es más larga que otra. Al andar con los ojos abiertos, éstos mandan señales al cerebro que nos indican como caminar sin torcernos, pero sin la ayuda ocular esto nos resulta imposible, salvo mucha práctica y conocimiento del lugar que transitamos.
Esta curiosidad la encontré vagando por internet, en el blog Ya está el listo que todo los sabe.
Imagen | Marichus
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