8/4/10

La moralidad de los cyborgs

kate_moss_cyborg1 El ser humano es un ser peculiar. Seguramente, después del ornitorrinco, el ser más peculiar de los que pueblan la Tierra. Y mucho más inteligente. Aunque, a la vez, irónicamente se podría estar acercando a su temible final, que no sabemos cuando llegará.

Desde que Isaac Asimov creara las leyes de la robótica, el hombre vive instalado en el miedo de que las máquinas acaben dominándonos. Sin embargo, como si fuéramos meros títeres obligados a crear nuestra propia destrucción, seguimos avanzando tecnológicamente hacia nuestra destrucción. De hecho, la mayor prueba de la destrucción está en una novia robótica que creó un japonés con mucho tiempo libre.

Pero no. La realidad confirma otra cosa. Y es que los avances tecnológicos, el proceso de crear el Humano 2.0, no está acabando con la humanidad, a pesar de que los maestros de la ciencia ficción hayan usado a los cyborgs malos para desatar nuestros miedos. He ahí grandes avances, como chips cerebrales que ayudan a combatir enfermedades como el Parkinson, u otros chips que te hacen llegar al orgasmo. Sin embargo, ¿dónde ponemos el límite? ¿Está bien curar enfermedades, pero no aumentar nuestras capacidades? Casi todos los científicos auguran que dentro de unas décadas se podrán instalar chips cerebrales que nos permitan desarrollar una mayor inteligencia y rapidez. Así, los avances en cuestiones de ciencia y tecnología serían aun más rápidos.

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