25/3/10

Palabras, palabras…

¿Quién no está desencantado con la clase política? Seguramente los políticos, que ven como año tras año cometen atrocidades sociales y siguen llenándose los bolsillos y llenando los juzgados de casos de corrupción que no siempre se solventan (y eso sólo los que llegan a los juzgados).

eneko_WWWImagen de ENEKO, emblema del Manifiesto 

El pasado día 19 de marzo, el día del padre, el Gobierno tuvo a bien aprobar por fin la conocida como Ley Sinde, la ley de la patada en la web, en honor a aquel ministro Corcuera. Una ley que no tiene ni pies ni cabeza. Una ley que trata de matar moscas a cañonazos, cuando no son las moscas el enemigo, si no una industria obsoleta que se trata de proteger para que los peces gordos de estos lobbies sigan lucrándose a costa del espinazo del ciudadano.

Esto estaría bien si se generara tanto. El problema es que ya no se genera. Igual que Lionel Messi puede conseguir 33 millones de euros en una temporada porque lo genera, la industria musical y cinematográfica) ya no genera ese modelo de negocio (aunque sí esas cantidades, no hay más que ver la recaudación de Avatar), pero claro, en lugar de mirarse a ellos mismos por la bajada de calidad en sus producciones (por favor, música de los 70, volved…), es más fácil restringir la libertad de los ciudadanos poniendo como excusa un hipotético delito del que los jueces, en un alarde de sentido común, se han cansado de desmentirlo. No. Las páginas de enlaces no son ilegales. El uso de las redes P2P no son ilegales. Pero el día 19 de marzo, tras muchas declaraciones llenas de mentiras y embustes, el Gobierno aprobó la ley, que ahora necesitará pasar nuevos trámites. Sin embargo, cada día que pasa es una batalla perdida de cara a la libertad en la red.

De toda la vida se había creído que la culpabilidad es algo que merece una demostración. Ahora ya no. Ahora tenemos que demostrar nuestra inocencia, como en el caso del canon, cuyo firme defensor Teddy Bautista hizo estas declaraciones antaño:

El canon es agua pasada, se paga y ya está, a quien no le guste que se aguante. Yo también pago muchas cosas que no me gustan.

Esto es contra lo que se trata de luchar. ¿Por qué tengo que pagar a la SGAE, a autores que nunca escucharé, por comprar un soporte digital donde voy a almacenar documentos míos generados en la Universidad? No, señor Bautista. El canon no es agua pasada. El canon es un atraco. Un atraco legal, gracias a los políticos de uno y otro bando.

Porque si bien la Ley Sinde la ha perpretado el Gobierno, la Oposición no parece muy dispuesta a dar un golpe sobre la mesa y defender a los internautas. Entonces, ¿con quién podemos contar? Básicamente, con nosotros. Con la capacidad que tiene la gente de ir siempre un paso por delante del Gobierno en temas tecnológicos. De encontrar nuevas vías, y de hacer ver a los líderes que de nada vale ponerle vallas al campo.

Eso sí, los engaños y la demagogia no se olvidan fácilmente.

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