Esta imagen, vista en Microsiervos, muestra la evolución que ha llevado el volumen de la música a lo largo de las últimas décadas. También vale para la evolución que lleva el volumen de tu reproductor un día normal. Caminando por la calle, lo tienes a un volumen, y cuando suena una canción que te gusta más, la subes, “porque así la escuchas mejor”. El problema comienza cuando termina la canción, ya que no vuelves al volumen anterior, y cuando vuelve a sonar otra canción que te gusta más, vuelves a subirlo.
Conclusión, nuestro sistema auditivo se resiente y echamos la culpa a Apple.
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