La red social española Tuenti sacó hace ya un tiempo un chat (si no lo sabes, es que, o no usas Tuenti, o no te has percatado de que el sidebar de la derecha sirve para algo). Y este chat da una prueba muy clara de lo que triunfa en la sociedad que vivimos.
Todo comenzó en enero de 2006 cuando se creó esta red social bajo el sobrenombre de beta privada. ¿Qué quería decir esto? Que estaba en pruebas y que no podías entrar si no era con invitación. Eso sí, pasaron los meses, dejó de ser beta, pero seguía siendo privada. Y como el ser humano es un animal al que si le prohíbes la entrada montará un pollo para entrar, aunque no le interese nada, comenzó una fiebre por conseguir invitaciones al Tuenti (cada persona que conseguía entrar en el selecto grupo tenía 10 invitaciones para repartir entre tantas personas. ¿Habéis visto Cadena de Favores? Pues igual, pero sin favores, y con redes sociales).
No tiene que ver nada con el chat que sacaron, pero resulta que este chat es simplón, feo, tiene un sonido horrible y no puedes personalizar tu estado. No permite transferirte archivos, no puedes jugar a nada en él. En definitva, es un chat cutre. Pero se usa. Incluido un servidor.
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