29/12/09

En apoyo al Juez Serrano

FranciscoSerranoAntes de nada, quiero dejar claro mi total rechazo a cualquier tipo de violencia, mi desprecio hacia todos los maltratadores, sean del sexo que sean, y declarar mi deseo de que dentro de poco podamos celebrar el fin de la violencia doméstica.

Hace ya mucho tiempo que el feminismo perdió el norte. Lo que comenzó como un movimiento en pos de la igualdad entre el hombre y la mujer, tan ninguneada a lo largo de la historia, una idea que cualquier hombre que se precie apoyó, se ha convertido en un movimiento de supremacía que, por mucho que se oculte, quiere colocar a la mujer por encima del hombre.

La lucha por la igualdad comenzó con el objetivo de buscar la igualdad del hombre y la mujer en todos los ámbitos: jurídico, económico, personal, etc. Algo que, como todos sabemos, viene muy bien explicado en nuestra Constitución (Artículo 14: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Como vemos, en el artículo se cita la palabra sexo, y no género, ya que, como tanto se ha cansado de repetir la RAE, las personas tienen sexo, el género es de las cosas. Violencia de género es un término mal empleado que se ha instalado en la sociedad por el mero hecho de que da igual que te corrijan, pese a que sepan más que tú del tema.

La lucha por la Igualdad comenzó con el propósito de concienciar al hombre de que la mujer había dado un paso para equipararse a él. Se acabó eso de que la mujer tenía que estar todo el día haciendo las tareas de la casa y el hombre ser un machista. No. Eso se acabó, y cualquiera con dos dedos de frente tenía que verlo. Había otra lacra que había que exterminar. La violencia de sexo, o violencia doméstica. Muchas mujeres son asesinadas a manos de sus maridos, novios, ex maridos, ex novios o algo parecido. Hay que ponerle fin a eso, que quede claro desde un principio. Pero las cosas no se han encauzado bien.

Pero quiero hacer mención, antes de entrar en ese tema, de otro aspecto muy influyente a la hora de crear una especie de supremacía feminazi (y perdón por el término) sobre el hombre: el machismo en el lenguaje. Me he cansado de escuchar a lo largo de mi no tan larga vida que el castellano es un lenguaje machista, por el mero hecho de que cuando alguien se refiere a hombres y mujeres, se utiliza el género masculino (¿veis? Ahora está bien dicho). Para contentar a algunos, los políticos comenzaron a alargar sus discursos hasta sonar exageradamente ridículos, se pasó a redactar en un lenguaje que no venía al caso (alumn@s) y se vio machismo donde no lo hay.

Así surgieron vocablos que, personalmente, me parecen una aberración de la lengua, como médica o ingeniera, y llegando al extremo de decir jueza, ya que juez era machista (supongo que les sonaba a juezo). Nunca oí a un hombre quejarse por ser taxista, deportista, artista, cineasta, periodista, astronauta, futbolista, poeta, dentista, masajista o fisioterapeuta.

Y ya pasamos a la violencia doméstica. Como siempre, nuestros queridos políticos no saben hacer las cosas bien. Ha habido casos en los que la mujer había puesto tropecientas denuncias y el marido todavía seguía con ella. ¿Resultado? Muerte de la mujer. ¿Tan difícil era actuar en su momento? El problema de la violencia doméstica tiene su raíz, aparte de en el machismo, en la justicia española, que no se encarga de proteger a las víctimas.

En lugar de tratar de hacer las cosas bien, se aprobó una ley por la cual se permitía que un hombre tuviera el doble de pena por el mismo delito de una mujer. Recuerdo a conocidas mías argumentar la ley de diversas formas:

Un hombre tiene más fuerza que una mujer.

Vale. En ese caso, las lesiones serán mayores, y el delito mayor. No aplica. Además, con un hacha en la mano, por poner un ejemplo, el daño causado es el mismo.

Hay muchísimos más hombres maltratadores que mujeres.

No lo pongo en duda. En ese caso, los maltratadores en la cárcel serían un 90% hombres y un 10% mujeres, pero todo el 100% de personas deberían cumplir la misma pena si han cometido el mismo delito.

Contra la violencia doméstica hay que actuar como contra cualquier tipo de violencia. Con mano dura, protegiendo a las víctimas y persiguiendo a los verdugos. Sin embargo, la aplicación de la ley ha dado paso a que hombres inocentes se encuentren totalmente desamparados. Muchos han sido los abogados que han denunciado que el primer consejo que se da a una mujer en trámites de divorcio es alegar que ha sido víctima de maltrato. Así, todo resultará mucho más favorable para ella. En caso de que te acusen de maltrato, la noche la pasas en el calabozo aunque no se haya demostrado tu culpabilidad. Como bien leo en un comentario en El País:

Que sean delitos con dificultades probatorias no debería nunca justificar la violación de la presunción de inocencia.

En muchas ocasiones se ha demostrado la inocencia de los acusados, y la denunciante ha salido impune de la acusación. ¿Es gratis acusar a alguien de maltratador sin que lo sea? No estoy diciendo que la mayoría de las denuncias sean falsas. No tengo los datos ahora mismo, pero estoy totalmente seguro de que no es así. Sin embargo, ¿por qué no se persigue a ese pequeño porcentaje de denuncias falsas? Una de las pruebas más claras de que estamos viviendo una psicosis respecto a este delicado tema es que no puedes dar tu opinión sin que te tachen de machista, facha, o maltratador, directamente. En una sociedad en la que tu propia opinión respecto a un tema te define, algo va mal. Volvemos al Artículo 14 de la Constitución:

Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión…

De vuelta a los comentarios de El País me encuentro con este otro comentario, hablando de las declaraciones del Juez Serrano:

Cuando dice que no se puede castigar al hombre por el mero hecho de ser hombre, disculpe, ¿pero sí se puede matar a una mujer por el mero hecho de ser mujer?

Vamos, a ver, alma de cántaro que haya escrito esto. Estamos mezclando conceptos legales con crueles asesinatos. ¿Quién está defendiendo que se mate a una mujer por el mero hecho de ser mujer? Nadie. El Juez Serrano, no. Yo, con este artículo, no. El resto del mundo con dos dedos de frente, no. Simplemente se denuncian los fallos que tiene la actual ley, y los abusos que en determinadas ocasiones se hace de ella y quedan impunes. ¿Tan horrible es eso? ¿Tan horrible es que sea justo para todo el mundo? El Juez Serrano denuncia que el hombre no debe ser castigado legalmente por ser hombre, y tú lo comparas con los asesinos. El juez se refiere a la ley, tú te refieres a los asesinos que tiene que castigar la ley. ¿Tenemos que pagar justos por pegadores? ¿Tenemos que meter a todos los hombres en el saco de los maltratados por el mero hecho de que haya hombres que maltratan? Pues no. No todos somos maltratadores. Y lo que ha hecho el Juez Serrano es decir lo que muchos piensan pero no se atreven a decir.

Hombre maltratador –> A la cárcel con él.
Mujer maltratadora –> A la cárcel con ella.
Hombre poniendo denuncia falsa –> Castigo para él.
Mujer poniendo denuncia falsa –> Castigo para ella.

Sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero yo tengo la conciencia tranquila y sé lo que me gustaría que se lograra en esta sociedad:

Nada de violencia.
Nada de violencia doméstica.
Nada de maldad.

Y mientras al Juez Serrano se le atormenta por sus declaraciones, fundadas en datos objetivos y buen conocedor de la causa (de hecho tiene varios galardones por su lucha contra los maltratadores, pero esto es lo que pasa cuando dices algo políticamente incorrecto), maltratadores con decenas de denuncias a sus espaldas estarán creando un infierno a mujeres. Y también hombres desesperados por una situación de ahogo estarán viviendo al límite. No busquen justicia sólo para una parte de la sociedad. La justicia debe ser igual para todos.

Algunos artículos de la red sobre el tema:

71 asociaciones piden el fin de la ley contra la violencia de género.

El Juez Serrano denuncia a la presidenta del Observatorio de Violencia de Género

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