Leo una noticia en 20minutos. En Illinois (el estado cuya capital es Chicago), un juez ha condenado a seis meses de cárcel al primo del que estaba siendo juzgado por bostezar durante el juicio.
Según el periódico local (que en Estados Unidos se lleva mucho), el hombre se estiró y bostezó escandalosamente para perturbar el desarrollo del juicio, justo cuando el magistrado estaba dictando sentencia. Se le acusó de desacato al tribunal y, como poco, tendrá que cumplir 21 días de condena. De todos modos, una falta de respeto al tribunal, a la justicia y a todos los presentes (no sabemos de qué se le acusaba al primo), aunque yo creo que con una multa bastante considerable hubiera sido más que suficiente.
Sin embargo, no puedo evitar mirar hacía atrás y ver como los asesinos de Miguel Ángel Blanco se reían en la campana de cristal, o como otro personaje amenazaba a juez y policías diciendo que les iba a arrancar la piel a tiras y le iba a meter siete tiros al juez que le estaba juzgando por amenazas similiares al juez Baltasar Garzón. ¿Se imaginan que a este le hubiera tocado el juez de los bostezos?
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