China se ha humanizado (un poquito) y ha suprimido de su lista de tratamientos destinados a los adictos a internet el uso de electroshocks, después de un escándalo en un hospital. La cosa es que se trataba la adicción a internet con una curiosa e irónica mezcla de consejos, disciplina militar e hipnosis. No me quiero imaginar cómo es la disciplina militar china. Me esperaré a que se alcen en armas contra el mundo, o algo.
El caso es que en China, hasta 4 millones de personas se tiran más de 6 horas al día en internet (menos de un 0.4% de la población). Ustedes pensarán que no es una cifra tan alarmante, que de cada 200 personas, una se tire todo el día frente a su ordenador, pero si tenemos en cuenta que en las fechas más importantes el Gobierno chino impide el acceso a sitios como Facebook, Twitter, YouTube, y demás portales donde normalmente perdemos el tiempo, pues ya uno comienza a tener dudas.
Pero no culpemos a la disciplina militar china del asunto de los adictos maltratados, ya que ese era el método bueno. El método malo consistía en cobrar unos 700 euros a los padres para proporcionarles un "despertar al cerebro", en forma de electroshocks a sus hijos. Algunos de estos retoños presentaron quemaduras dolorosas (de no haberse quejado, se van a casa y punto), pero ningún padre se había quejado a las autoridades.
Sin embargo, el ministerio de Sanidad ha pedido a los hospitales que dejen de realizar estas prácticas mientras se investiga el tratamiento.
Esta misma terapia de electroshock se utiliza en países desarrollados, pero sólo como última alternativa cuando todos los modos convencionales de curación han fracasado.
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