Se supone que el spam (envío de publicidad por internet sin autorización) está prohibido, por ello hay páginas web que pagan (como es-facil) por cada email que te mandan, y por el que has dado tu consentimiento.
Es lógica la medida de prohibir el spam porque si no nuestros buzones de correo electrónico estarían saturados cada día con cientos de emails y seríamos incapaces de distinguir en un tiempo prudencial de tiempo los correos basura de los realmente importantes (como esas cadenas odiosas o esas fotos guarras que nos mandan nuestros colegas).
Ahora bien, ¿por qué no se actúa contra el spam telefónico? Es difícil, porque seguramente en muchos contratos que hemos firmado, hemos aceptado también una solicitud de tratamiento de datos por el cual estas empresas se pueden poner en contacto con nosotros. Pero esto hay que regularlo rápidamente porque se sale de tiesto. Hace unos minutos he tenido la siguiente conversación:
[...]
- ¿Y cuándo podría hablar con la persona que lleva el tema de internet en la casa?
- Mañana, ya que llegará tarde.
- Yo estoy llamando hasta las 22.00.
- Ya, pero es que seguramente a esa hora ya moleste.
- De acuerdo, otro día llamo.
- Gracias, hasta luego.
¿Llamadas publicitarias hasta las 10 de la noche? En algunos sitios se podría considerar hasta acoso. ¿Alguna de esas llamadas surge efecto? Quiero decir, imagínense la típica situación en la que llegas a tu casa después de trabajar a las 21.30 de la noche, cuando tu única preocupación es meterte en Ronmocho para ver qué curiosas novedades hay en escena, y entonces te llaman de ONO para pedirte que contrates su oferta.
Sí, llamen ustedes mañana, que hoy no quiero hablar. Y lo siento por los operadores, pues no es su culpa y siempre se llevan la peor parte.
Imagen | Yes.fm
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