Hay grandes genios, personas realmente creativas, libros tan espectaculares que cuesta creer que salen de una sola mente, y que realmente sea así me deja fascinada. Pero también hay "tocomochos". El típico gato por liebre. Un ejemplo: La famosa AR (Ana Rosa Quintana) con su "Sabor a hiel", en el que copiaba párrafos enteros de otras obras "por un error tecnológico y su inexperiencia con los programas informáticos".
Pues bien, 15 años después de que María del Carmen Formoso se querellara contra el ganador del Premio Nobel Camilo José Cela, una juez ha sentenciado que existen pruebas racionales para considerar que se cometió un delito contra la propiedad intelectual, comúnmente llamado plagio, en la elaboración de la novela La Cruz de San Andrés, que ganó el premio planeta en 1994.
Por un lado, Carmen, Carmela, Carmiña (Fluorescencia), la obra de Formoso fue presentada dos meses antes que la de Cela (que espero hasta el último día del plazo para hacerlo), y las similitudes son tan claras que la juez considera "que para realizar tal transformación la novela de la querellante hubo de ser necesariamente facilitada a Cela para que, tomándola como referencia o base, hiciera lo que el perito denomina aprovechamiento artístico" de aquélla.
En resumen, según esto, Planeta le dio a Cela la obra de Formoso, y éste le puso su sello personal, usando técnicas narrativas distintas que la diferencian lo suficiente para no ser parecidas ni comparables, pero no tanto como para perder la esencia de Formoso.
Planeta ha recurrido la decisión Judicial ante la Audiencia de Barcelona. Si es denegada, se archivaría el caso.
Ya veremos que ocurre.
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