15/2/11

Pajín contra el teatro

Tan solo dos días después de la ceremonia de los Goya, donde Alex de la Iglesia dio un soberano bofetón en la cara a todos los artistas de este país (nos debemos a nuestro público, dijo Alex mientras González-Sinde le miraba con el rostro desencajado y Pajín ponía un rostro que Santiago Segura no ha tardado en comentar del siguiente modo: “Impresionante la cara de culo de la Pajin durante el discurso de Alex… La Sinde careto de circunstancias…”, tal y como se puede leer en su Twitter). Santiago Segura, el tío que más recauda del cine español gracias a sus Torrentes, dando sopas con hondas a los autoproclamados defensores de la cultura.

Pues bien, los otros días un espectador denunció que en el musical Hair representada en un teatro de Barcelona se cometía el flagrante delito de fumar sobre el escenario. Nótese la ironía del asunto. Los chicos del teatro entendían que, si bien la ley prohíbe fumar en el puesto de trabajo, ellos estaban exentos si el papel que representaban exigía fumar. Ayyyyy, pobres almas cándidas, recordemos que Jesús Quintero ya no puede fumar durante sus interesantes entrevistas. Pues, Leire Pajín, la ministra más joven de la historia de la democracia (gracias a sus méritos, por supuesto), dice que no, que no se puede fumar en el escenario.

En un teatro, un espacio de trabajo, no se puede fumar. Igual que en teatros los crímenes no son reales, que simulen que fuman.

Ahora resulta que la señora ilustrísima Ministro de Sanidad (¿puedo decir Ministro, señora Aído?) dice a los creadores como tienen que interpretar sus obras. Dentro de poco, tal vez, se exigirá que los besos también sean ficticios, ya que si no, un hombre o mujer despechado podrá considerar un beso en el escenario como una infidelidad. ¿Y qué hacemos con Casablanca? ¿Eliminamos las escenas en las que el bueno de Humpfrey Bogart sale fumando? ¿Y las películas venideras? ¿No podrán fumar los personajes fumadores? Señora Pajín, el teatro y el cine escenifican situaciones que bien podrían ser reales, y, en la realidad, hay gente que fuma. ¿Prohíbiremos libros si en estos hay personajes fumadores? Y, señora Pajín, ¿no va a decirle nada a Rodríguez Zapatero? ¿O es que aquí las leyes son para que las cumplan los demás?

A veces me pregunto si George Orwell fue un adelantado a su tiempo… o simplemente los políticos aprendieron de él.

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