Esta lógica sentencia que da título a este post es de sentido común, pero la cosa tiene que estar tan mal que hasta han tenido que salir científicos a decirlo. El estudio ha sido llevado a cabo en 1.300 niños de dos años, edad a la que si ves mucho la televisión, tendrás un mal desempeño en la escuela y, además, serás un cafre en la adolescencia. ¿Dónde quedó la música clásica para bebés?
La investigadora, una tal Linda Pagani, llega a la conclusión de que un niño obsesionado con la televisión es igual que un adulto obsesionado con la televisión, lo que overseas, es decir, al otro lado del charco, se conoce como un Couch Potato. ¿Recordáis al vendedor de la tienda de cómics de los Simpsons? Pues eso.
Ahí está la reducción de la cooperación escolar con otros niños, acoso por parte de los otros compañeros y un alto consumo en comida basura.
Todo esto llega en un tiempo en el que la televisión se ha convertido en el perfecto sustituto de los padres, lo cual no deja de ser una desgracia, una pena y una vergüenza. Sin embargo, no hay más que echar un vistazo a la parrilla televisiva para ver que no abundan los programas infantiles con los que todos nosotros hemos crecido. Por lo tanto, ¿qué ven los niños? ¿A Emma García moderar un debate entre “famosos”?
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