9/1/10

Declaraciones ¿aclaratorias? de González-Sinde

Sanidad bloquea páginas web y nadie se rasga las vestiduras.

González-Sinde, ministra de Cultura

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Con este argumento trata de justificar la guerra abierta contra la maldenominada piratería (sin ánimo de lucro no es piratería, pero este concepto se ha instaurado a lo ancho de todo el país y ya todo el mundo lo da como válido. Lo próximo será decir que la Tierra es plana) la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, otrora guionista de cine.

Vamos a ver. Si Sanidad bloquea una página web es por el hecho de que está causando un daño a la sociedad, ya sea por dar consejos sobre anorexia o bulimia, o bien ofrecer medicamentos no aprobados. Compararlo con la guerra contra las descargas lideradas por empresas y sociedades destinadas a desaparecer, por mucho que les pese, es, cuando menos, demagógico.

Descargar una película no hace daño a nadie. Es más, ayuda a promocionar la cultura que ustedes mismos están atacando, alegando, irónicamente, defenderla.

Es más, se atreven a convertir en víctimas a los sectores.

El miedo a la piratería [otra vez un término mal usado, a no ser que se refiera a quien vende las películas en el Top Manta] hace que los productos se tengan que amortizar muy rápido. Los lanzamientos de cine en España son masivos porque saben que en una semana esta película está en la red, lo que impide que haya más películas en cartelera.

Avatar ha recaudado más de mil millones de dólares en menos de un mes, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras de la historia, descargas mediante. X-Men origins: Wolverine, se filtró a la red antes de su lanzamiento y no evitó que fuera de los grandes éxitos del 2009. Lo que de verdad hace daño a la cultura son los abusivos precios de los contenidos intelectuales:

- 7 u 8 euros una entrada de cine.
- 25 euros un libro.
- 25 euros un disco
, en un soporte muerto.

Pero nada, culpemos a los mismos, no preguntemos a los usuarios, convirtamos internet en una especie de Guantánamo y provoquemos el miedo en los que, dócilmente, tratamos de dar nuestra opinión (¿cuántas veces no escribes algo por miedo a posibles represalias?)

Fuente e Imagen | El Mundo

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