El Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, que también es propietario del AC Milán y de unas cuantas cosas más, ha recibido un soberano puñetazo de parte de un tipo llamado, supuestamente (no está confirmado oficialmente) Massimo Tartaglia, que no tenía antecedentes penales.
Berlusconi había dado un mitin en la Plaza del Duomo de Milán, y el atacante le dio un puñetazo que le dejó la cara hecha un mapa. Ha perdido mucha sangre, tiene una lesión interna (con nombre técnico muy raro que no vamos a reproducir) y daños en los dientes. No sabemos si el agresor era alguien cansado de los excesos del Primer Ministro, de sus gracias inoportunas, de su fama de machista, y todo lo demás.
¿Qué le pasará ahora al agresor? Porque no sé como funcionará la justicia en Italia, pero en España, el agresor estaría en la calle tras pasar unas horas en comisaria, así que me gustaría estar al tanto de cómo se la gastan los jueces cuando el agredido es un alto (en este caso el mayor) cargo del Gobierno.
Imagen | Libertad Digital
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