Bien es cierto que en el deporte profesional de hoy día hay poco sitio para el espíritu deportivo tal y como lo conocemos idílicamente. El afán de superación se ve mermado por la soberbia de los deportistas, el merchandising implacable, las cifras estratosféricas y, por qué no decirlo, el mal saber hacer del aficionado que convierte a los grandes de la élite en ídolos de masas. Eso lleva al descontrol y a la pérdida de toda condición humana que llega hasta el limite de causar auténtico fanatismo, resultando en violencia absurda, casos mortales mediante, en multitud de ocasiones.
Pero, a veces, la esperanza del espíritu deportivo llama a la conciencia de la sociedad. Y el último ejemplo lo tenemos en un chaval de 20 años, llamado Álex Sánchez, que ayer debutó en Primera División con el Zaragoza. ¿Qué tiene de especial? Álex Sánchez nació sin mano derecha.
Ayer cumplió su sueño y debutó con el primer equipo, tras marcar 12 goles en 10 partidos con el filial. Muchos dirán que las manos no hacen falta en el fútbol, pero lo de este chaval es un gran ejemplo de esfuerzo, constancia, y afán de superación. Como él habrá millones en el mundo, pero es de agradecer que de vez en cuando salga en los medios (esta noticia la he visto en MARCA) que, con ganas, ilusión y empeño, quien quiere, puede.
Toda la suerte del mundo para Álex y que triunfe en Primera como lo ha hecho en las categorías inferiores.
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