Hace ya más de un año que salió el primer navegador de Google, Google Chrome, y desde entonces no ha parado de crecer. Son muchas sus ventajas respecto a Internet Explorer, prácticamente navegador que menos gusta pero el que usa casi todo el mundo (más de un 60% de los usuarios), en buena medida debido a la inexperiencia en la red y a que viene con Windows por defecto.
Habrá muchas discrepancias sobre si es mejor Chrome o Firefox, pasando por Safari u Opera, pero, para mí, Google Chrome es el que mejor se adapta. Su principal característica es su sencillez. De aspecto minimalista, Google Chrome ofrece lo que sus competidores, aunque a primera vista parezca que no. Además, al contrario que Firefox, sus pestañas son procesos independientes (aunque, lógicamente, estén en la misma ventana). Esto hace que si se te cuelga el navegador no estás obligado a cerrar todas las pestañas, sólo la afectada. Es más rápido que Explorer, y de aspecto más atractivo que Firefox. Además, su barra de direcciones vale también como buscador Google, y su sistema de marcadores es muy intuitivo.
Otra caracterísitica que lo hace único es su ventana de incógnito, por lo que todo lo que hagas desde esa ventana no quedará registrado en el historial. Además, su página inicial, con ocho pequeñas miniaturas de tus páginas más visitadas (o las que tú quieras poner), es muy rápido a la hora de entrar a tus página preferidas.
Para descargar Google Chrome, sólo tienes que ir a su página web.
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