'Dead Set', de las mejores películas de zombies recientes

Sí, es una miniserie, pero la podemos calificar de película porque su duración apenas llega a las dos horas. 'Dead Set' es una miniserie británica no apta para todos los públicos (los menores fuera, por imperativo legal) que te hará pasar un buen rato si te gustan los panoramas apocalípticos, el gore bien llevado, las películas de zombies / infectados (que no se enfade Enjuto Mojamuto) y, por qué no decirlo, las cosas bien hechas.

En estos tiempos de falta de originalidad cinematográfica, las series emergen (bueno, llevan emergiendo desde que saltó 'LOST' a la pequeña pantalla), y 'Dead Set' es, sin riesgo a equivocarme, una serie de obligado visionado. Y no valen excusas propias del formato como "es que van a ser millones de horas perdidas", porque sus cinco capítulos se dividen en un capítulo de 45 minutos y cuatro de 25 minutos.

El argumento es sencillo y original a la vez. Un modo de criticar a esta sociedad obsesionada con vivir la vida de otros. En la noche de expulsión del Gran Hermano británico, una infección recorre Gran Bretaña. Las televisiones cortan las emisiones para dar las noticias, pero la gente que aguarda a la espera de que salga el freak de turno y los propios concursantes (una reinona, un tío que cae mal al resto y que está ahí para hacer ver a la gente que la televisión es una mierda, una pija repelente, una especie de choni de barrio, un chulo que sale con la choni, y otros dos más o menos normales) no se entera de nada. La gracia de la serie comienza al cuarto de hora o así cuando un infectado irrumpe en el escenario y, como dijo alguien muy famoso en la interné, se lía parda.

Como nota curiosa, sorprende que la presentadora de Gran Hermano en 'Dead Set' sea la misma que lo presenta en la vida real. Vamos, es como ver a Mercedes Milá con los ojos inyectados en sangre buscando carnaza (esto...). Además, que no se cortan un pelo y si se tienen que ver miembros amputados y vísceras rodando, se ven.

Para disfrutarla en el salón, con un bol de palomitas y, a poder ser, con esa compañía femenina que se asuste y se arrejunte.