Al final los más agoreros van a tener razón y el día en el que el Gran Colisionador de Hadrones entre en funcionamiento, se acabará el mundo. Pero será por muerte natural, ya que no parece que llegue el día en el que el LHC esté libre de fallos.
Por lo visto, la máquina más cara del mundo y probablemente la más grande, que va a ser usada para tratar de encontrar el bosón de Higgs, aunque Stephen Hawking ya ha dicho que no van a encontrar nada, está llena de malas conexiones. Muchos de los imanes que tienen que transportar las partículas subatómicas a través de los 25 kilómetros aproximadamente de tubos han perdido su operatividad a altas energías. Los científicos se cansan, y algunos incluso han dejado este proyecto (después de 15 años de trabajo), al menos temporalmente, para trabajar en otra especie de LHC pero submarino.
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