A veces, la realidad supera a la ficción. Y otras veces no la supera, si no que la deja por lo suelos, porque esto que ha pasado en Granada no se le hubiera ocurrido a alguien ni en un millón de años. Y es que un panadero que tenía el día lujurioso contrató los servicios de una prostituta de gran nivel, dejándose en el buen rato 160 euros. No sé a cuánto estará el polvete estándar, pero seguro que 160 pavos es caro. El caso es que el tío alega sentirse insatisfecho y que lo que quiera que la profesional le hiciera no valían esos 160 euros y ha ido a la Oficina de Consumo a denunciarlo.
Qué cosas pasan en este mundo, de verdad.
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