Todo aeronáutico en proceso de formación que se precie debería conocer a Amelia Earhart, una pionera en esto de los inventos humanos alados que se convirtió, en el año 1928, en la primera mujer que cruzó el atlántico volando, aunque lo hizo en calidad de pasajera.
No sería hasta 1932 cuando cruzara el Atlántico sola, siendo la primera mujer que lo consigue, la primera persona que cruzaba el Atlántico dos veces, logrando cubrir la mayor distancia sin parar entre las mujeres.
En 1935 pensó que estaría bien hacer un viaje alrededor del mundo, circunnavegando el polo por su ecuador. Sin embargo, nunca llegaría a completarlo porque se perdió la comunicación con la aeronave. Cuando quedaban sólo dos etapas para concluir el viaje, entre Nueva Zelanda y Australia, una hora y cuarto después de recibir el último mensaje, los guardacostas determinaron que el avión pudo haberse estrellado en el mar y se comenzó la búsqueda. Eran las 21.30 del 2 de julio. Frankin D. Roosevelt autorizó la búsqueda con 9 barcos y 66 aviones, pero el 18 de julio, dieciséis días después de su desaparición, se abandonó la búsqueda. El caso de Amelia Earhart ha sido protagonista de muchas teorías sobre desapariciones inexplicables
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