Esto fue lo que dijo un colegiado de la liga belga a un portero que se enfrentaba a una pena máxima que el propio árbitro, por error, señaló.
¿No hubiera sido más fácil anular la decisión?
Por cierto, para quien le interese, el portero no pudo parar el penalty.
Y no podía rectificar la jugada en vez de pedirle al portero que lo parara?
ResponderEliminarEs cómo si te digo: Voy a clavarte un cuchillo, pero por favor, luego ve al hospital... de coña!