El racismo ha llegado a la automoción californiana, pero todo tiene su razón de ser (Everything happens for a reason, que diría el gran John Locke, que por supuesto no es el filósofo inglés). California se está planteando prohibir vender coches negros.
La objetivo de esta prohibición en el país de las libertades es disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera, ya que los coches oscuros requieren un trabajo mayor de sus sistemas climáticos que los claros. Sobre todo en verano, con un Lorenzo que deja los 40ºC (aunque allí se llevan los Farenheit) en los termómetros.
Así que si algún californiano está leyendo esto (me consta que RonMocho tiene una gran aceptación en la zona de Anaheim) y se quiere comprar un coche negro, que lo haga ahora o calle para siempre.
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