Normalmente todos nosotros somos el más común de los usuarios de internet, es decir, no tenemos ningún cuidado con nuestras contraseñas. Llegará el día en el que nos registremos en alguna web maliciosa y maléfica y, consiguiendo ese nombre de usuario y esa contraseña, tengan acceso a cualquier dato nuestro (correo, datos bancarios, etc.). Pero claro, tener memorizada una contraseña para cada sitio es un imposible, a no ser que tengas una mente a lo Stephen Hawking. Además, si creamos contraseñas complejas, llena de caracteres sin sentido en ningún idioma conocido, la tarea ya se hace infinitamente difícil. ¿Qué hacer, entonces?
KeePass Pasword Safe es una aplicación que reune todas nuestras contraseñas, para tenerlas a mano en cualquier momento que lo necesitemos. Además, podemos tenerlo instalado en un Pen-Drive para poder usarlas en cualquier ordenador que visitemos. El sistema que utiliza es parecido al cifrado que los navegadores de internet utilizan cuando nos sale el mensajito de: "¿Desea que el navegador recuerde su nombre de usuario y contraseña para futuras visitas?". Es totalmente seguro, y con conocer una clave (la clave maestra, necesaria para abrir nuestra base de datos) podremos acceder a toda una relación de nombres de usuario y contraseñas que demos para todos nuestros registros. Además, nos popondrá contraseñas, en lugar de las típicas fechas de cumpleaños o palabras fáciles de recordar. Más difícil será para alguien encontrar una contraseña del estilo Ths8Gx-sjgU47 que Pulp Fiction, ¿no? Simplemente con poder tener acceso a esta sencilla aplicación, podremos seleccionar la contraseña que queremos y copiarla directamente en el navegador (incluso tiene una opción que lo hace todo solito).
Eso sí, la clave maestra que pensemos, y que es la única que deberemos recordar, debe ser altamente difícil de averiguar, porque si no todos nuestros esfuerzos para proteger nuestros intereses serán en vano. No os quejéis, sólo es una contraseña la que tenéis que aprenderos.
Utilizar la misma contraseña para todos nuestros registros es una costumbre altamente peligrosa, a pesar de ser la más extendida en nuestros días.
Imagen | Bitelia
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