29/5/08

29 de Mayo

Han pasado dos días desde que este hombrecillo fue llevado por el del metro. Y hasta hoy no he sabido nada de él. Iba a la universidad y el tío no aparecía. Claro, que es un tío que viene cuando le apetece, que es pocas veces.

Hoy gustó de venir. Me encontré con él en la entrada de la cafetería.

- ¿Qué? ¿Mentalizándote para ir a clase?
- Tío, no sabes lo que me pasó el otro día. Estos guardias son unos cabrones.
- ¿Qué te pasó, tío?
- Pues nada. ¿Ves esta herida de la frente? Me la hizo ese maldito al empujarme contra una estantería, justo al meterme en aquella sala. Y luego me dio cuatro o cinco patadas en las costillas. Eso sí, yo le escupí en un ojo, espero haberle contagiado algo, aunque sea un resfriado ocular.

No tardé mucho en irme. Es una persona que me raya bastante cuando me cuenta problemas. Joder, yo tengo problemas y no los cuento, al menos a él. Prefiero ponerme a escribirlos aquí, a gente desconocida que lo será de por vida. Y uno de estos problemas que yo tengo es Julieta. Es que se ve que con ese nombre quiere que acabemos todos muertos. Pues se va a joder, porque yo no soy ningún Romeo.

Llevo una semana sin saber de ella. Desde que discutimos. Yo no sé que voy a hacer. Aunque he pensado algo genial...

0 comentarios:

Publicar un comentario