El tío que bautizó con el nombre de Opportunity a uno de los rovers de Marte debería ganar el Premio Nobel de la Oportunidad, nunca mejor dicho. Uno de los dos rovers de Marte (el que descubre cosas y no está anclado en unas arenas movedizas sinuosas, que no son movedizas, pero de las que no puede salir) ha encontrado otro meteorito en la superficie de nuestro planeta rojo favorito, llamado "Shelter Island", de unos 47 centímetros de largo. Hace tan solo unas semanas, ya descubrió otro meteorito (y no han sido los dos únicos), llamado aquel "Block Island".
Gracias a Who que las misiones de los rovers, que iban para unos cuantos meses, se han alargado hasta llevar ya más de cinco años dando tumbos por las tierras áridas (¿o no tanto?) marcianas.
No han tardado en salir voces escépticas diciendo que qué casualidad de que no haya ninguna prueba del impacto, ningún cráter, y que cuando se descubre un cráter no se ve ningún meteorito, pero, por suerte, alguien aplicó la lógica en los comentarios de UniverseToday.
Los impactos que dejan un cráter deben ser eventos de alta energía. Probablemente chocaron a gran velocidad y explotaron en el impacto, transformando toda su energía cinética en calor. Los impactos que no dejan cráteres serían fenómenos de baja energía, por lo que sólo realizaron un pequeño agujero bajo la superficie, fácilmente erosionable con el paso del tiempo.
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